jueves, 5 de abril de 2012

Simpatía por el diablo


 Por primera vez en sus más de cinco siglos de presencia en la isla de Cuba, la iglesia católica se ha pasado a la izquierda; basta de quemar indios rebeldes y de que el cardenal Arteaga vaya a bendecir la inauguración de la cervecería del mismo nombre (del indio) unos cinco siglos después. Más que apostolado o labor de evangelización, fue una empresa de descarado colonialismo, y luego de defensa puntual de las clases más poderosas. Alberto Muller, uno de los líderes de la Juventud Católica de los años 60 cubanos, que se alzó contra Fidel Castro en las vísperas de la invasión de Bahía de Cochinos y que de inmediato fue abandonado por la CIA (¡él también!) y por casi todo el mundo, me decía que la destrucción de la fe en Cuba era una responsabilidad histórica de la jerarquía de la iglesia, y este anémico —sino despectivo— proselitismo de siglos, fue lo que les hizo tan difícil a ellos, católicos jóvenes y sin pecados políticos, su propósito de enfrentamiento con una revolución marxista y facilitó que los barrieran. Debe advertirse de inicio que la llamada para el actual acercamiento vino de la oficina de Raúl Castro y no de los príncipes de la iglesia. Maniobra clásica de Raúl, no lo olviden. Si tuvo o no el apoyo de Fidel, carece ya de importancia. Lo que pueden dar por seguro es que Raúl tiene presente la experiencia de la disolución de la URSS y de la historia de su viejo amigo Alexei Leonov, para entonces general del KGB y jefe de su Dirección de Análisis, con el AKM terciado sobre el pecho en espera del prelado de la Iglesia Ortodoxa Rusa que se proponía ocupar los archivos de la institución. Raúl decidió no llegar a tales extremos aunque en el final del cuento de Leonov, el sacerdote se retiró con las manos vacías. No pudo franquear la puerta de la Dirección de Análisis con aquel bolchevique dispuesto a vaciar todos los cargadores al primer movimiento en falso. Raúl se les adelantó. Siempre se adelanta. Yo diría que es algo más que “un acercamiento”. ¿Muy aventurado decir que está formando gobierno? Resulta evidente que el episodio de la Dirección de Análisis del KGB no va a ocurrir con el gobierno cubano, ni Jaime Ortega va a ir a Villa Marista en plan de exigir los archivos. Lo que Raúl hizo fue darle tarea a la iglesia. Tareas de la Revolución. Empiecen por los presos políticos. ¿Qué te parece, Jaime? Te los regalo todos. Haz con ellos lo que tú quieras. Vaya, coge la llave del Combinado del Este. Y la de Canaleta. Y las de Melena 2 y la de Cerámica Roja. Y las de Kilo 8 y La Condesa y Ariza. Tal es la maniobra que culmina con la visita del Papa Benedicto XVI la semana pasada a la isla primada. Y tal el éxito rotundo de Raúl Castro con esa tourné papal. Vean ustedes los videos. Un país prácticamente marcial, donde todo el mundo sabe qué lugar ocupar en las plazas y en las zonas de recibimiento y donde aún queda ánimo para unos deliciosos cánticos a ritmo de conga. La prensa occidental ve un Papa admonitorio y duro con “el régimen”, donde yo veo más bien a un montón de obispos encantados con la presencia del buen comandante, cuando éste visita la Nunciatura, donde el Papa se hospeda en La Habana. Es el triunfo final de la imaginería creada por la Revolución Cubana desde la Sierra Maestra. Hay que ver con la devoción, la dulzura, la admiración que un veterano de la Juventud Hitleriana como Joseph Ratzinger, con sus actuales investiduras papales, toma de las manos a Fidel. Y cuidado, genio y figura hasta la sepultura, estará que se cae a pedazos, pero nunca olvida que él es Fidel Castro y así, al término de la reunión, le pregunta a su hijo Antonio, que lo acompaña y está a su izquierda, que quién sale primero, no muy satisfecho, por cierto, con que su Santidad tenga el privilegio. Y, por último, como era de esperarse, Miami no traga. Y ahora es la derecha cubana la que rompe hostilidades contra la iglesia. Horror, no le concede audiencia a las Damas de Blanco. Ignora a Guillermo Fariñas (a punto estaría, me imagino, de espantarle una huelga de hambre a Benedicto XVI sino viajaba a Santa Clara a verlo.) Ni tomó las manitas de Yoani Sánchez. Ni le mandó al menos un pomo con agua bendita para que escanciara sobre las teclitas de su laptop. Ya me lo decía Douglas Rudd, mi héroe favorito de la aviación fidelista en Playa Girón y que no tuvo mejor ocurrencia que irse a Miami para morir de un infarto. “Miami es como las mujeres. Siempre quiere más”.

Nota: Desde la explicación brindada por Fidel en vísperas del encuentro, está su intento de mantener el dominio de la situación, su preponderancia. Su comentario al respecto —en las “Reflexiones” del 27/03/12—, es una obra maestra de la confusión adrede, de la más enrarecida colocación de palabras, para al final no saber quién era el que pretendía ver a quién: “Gustosamente saludaré mañana miércoles a Su Excelencia el Papa Benedicto XVI, como lo hice con Juan Pablo II [...]. Decidí por ello solicitarle unos minutos de su muy ocupado tiempo cuando conocí por boca de nuestro canciller Bruno Rodríguez que a él le agradaría ese modesto y sencillo contacto”.


La audiencia (im)posible:

“Su Santidad, aquí, a la izquierda, Yoani, la ragazza; a la derecha, su esposo, el ilustre Signore Macho Rico”.
“¿Macho Rico?”
“Maschio Rico, Su Santidad”.
“¿Rico?”
Appelitivo, Su Santidad. Gustoso”.
"Maschio gustable?"
“Eso, Su Santidad. Gradevole al palato”.



Lectura recomendada:
"El baile del obispo" de Pedro Schwarze en TODA LA NOCHE OYENDO PASAR PÁJAROS (http://oyendopasarpajaros.blogspot.com/)


Vitral de Rosa María de la Terga (Cuba) por el 400° aniversario de la aparición de la Virgen de la Caridad.