sábado, 20 de febrero de 2016

Cuadrupidés


Es un arduo entrenamiento al que Jerry Lee está siendo sometido. El plan es llamar la atención de los famosos fabricantes del bronceador que en 1959 le pagaron $ 2 500 dólares a una artista llamada Joyce Ballentyne Brand por el dibujo de su hija de tres años Cheri. La imagen aún se mantiene indeleble en la memoria colectiva. Resultó un éxito publicitario. Aparte de los anuncios impresos que desplegaron, una serie de vallas mecanizadas fueron puestas en funcionamiento a lo largo y ancho de los Estados Unidos, en las que un motorizado perrito intentaba arrebatarle la parte inferior de su bañera a una rubiecita de trenzas amarradas con cintas azules en una acción que se repetía a perpetuidad. Aunque hace ya muchos años que dejaron de moverse o desaparecieron del paisaje, una de esas vallas se mantiene funcionando en Miami Beach, con el perrito, las trenzas, la bañera y todo lo demás. Lo que no ha sobrevivido es el nombre del congénere de Jerry Lee. Sabemos, sin embargo, que Cheri, la madre y el padre, Jack, vivían en Bronxville, Nueva York, y que el cocker spaniel se los prestó un vecino para la sesión, que fue realizada en el patio de la casa con la pequeña Cheri sobre una mesa de aluminio. El perro —su nombre no aparece en la bibliografía consultada— retozaba por el patio mientras Joyce trabajaba su boceto. Luego fue que añadió el paisaje playero, las dos palmeras y la mar rizada —y, por último, el perro.
El propósito actual del entrenamiento de Jerry Lee es emplearlo, hacer de esta fuerza compacta cuadrúpeda un ente productivo. Dado que ya ha cogido cuerpo suficiente, con poco menos de 4 meses, y que es de la misma raza enloquecida del amiguito del anuncio, puede contribuir al mantenimiento de la casa. Pensamos (sus esforzados padres) que es hora de que se deje de morder y trozar zapatos, sandalias, patas de sillas y mesas, bordes de colchones, asas de cubos de agua, cables de computadoras, dedos humanos (principalmente los del pie derecho de su padre, es decir, yo), libros de los dos estantes inferiores de mis libreros, virar cestos de basura, arremeter con todos los papeles que se encuentre. Hora de que produzca dividendos. Ahora el asunto es que empiece a identificar el objetivo, la zona donde debe maniobrar. En eso estamos.


sábado, 13 de febrero de 2016

Los que deben morir



Sí, desde luego, me imagino que el primero en la lista es Luis Posada Carriles. Con él, la tonga de patriotas de Miami que no tuvieron reparos en combatirnos. Pero del lado nuestro hay otra lista y quizá mucho más numerosa. No todos por poner bombas o protagonizar acciones costeras de muerde y huye o de infiltración de agentes, sino casi todos allí por lo que saben, quiero decir por la información que acumulan, y sin que falten los correspondientes rosarios de crímenes registrados en un expediente del grueso del Ulises (bueno, si fusilar califica como crimen; vean que aquí, en Estados Unidos, a los verdugos les pagan a destajo). Estoy pensando desde luego en alguna especie de acápite secreto que debe estar escondido por ahí en los subterfugios conspirativos que llevaron a la firma de los acuerdos de convivencia entre los gobiernos de Cuba y USA en diciembre de 2014. Ya Raúl Castro no tiene que preocuparse del general Arnaldo Ochoa ni de personajes tan incómodos como su ministro del Interior, José Abrantes, o de su altivo condotiero Tony de la Guardia (¡cómo sabían cosas esas compañeros, por Dios!) y ni siquiera del creador de sus servicios de inteligencia, Manuel Piñeiro “Barbarroja” (aunque de este último todavía no han logrado dar con sus papeles). Estoy hablando de hombres del calibre de los dirigentes partidarios Carlos Aldana o Antonio Pérez Herrero. Me imagino que en el caso de Posada Carriles y otros de su estirpe, sus antiguos empleadores estén pacientemente esperando por una erosión más o menos expedita del factor biológico. Pero, en Cuba, con un Aldana mucho más joven que Raúl, y con todo lo que le sabe, me imagino que no tenga un futuro nada halagüeño. ¿Futuro? ¿Aldana? Ay, no me jodan. Porque es uno de esos casos que va a resultar casi imposible el borrón y cuenta nueva. Cuando venga la consabida amnistía y perdón para todos los participantes de esta contienda de medio siglo, Aldana resultaría demasiado incómodo para tenerlo en el escenario. Raúl tiene que impedir a toda costa la escritura de ese libro de memorias. La experiencia con Barbarroja enseña que uno no se puede confiar ni en un solo instante a solas de Aldana frente a una hoja de papel. Cuídate, Brother. Cuídate mucho.

Foto: Carlos Aldana y Norberto Fuentes en el transbordador que los conduce de regreso desde Isla Gobernadora a Nueva York en el transcurso de las conversaciones para la paz en Angola, en el verano de 1988.

viernes, 12 de febrero de 2016

¿Y también van a destruir
esta otra generación?

Comentado por Jorge Dávila en su columna del Herald y colgado por Silvio Rodríguez en su blog Segunda Cita. Se titula “Los olvidados, los que se quedan” y está firmado por Harold Cárdenas Lema. La fuente original es https://jovencuba.com/2016/02/04/los-olvidados-los-que-se-quedan. No le he cambiado una coma.


Son tiempos de fetichismo con el socialismo tropical cubano. Hay preguntas que hacen eco en todas las esquinas de esta isla y confieso que me tienen cansado. ¿Por qué se van los jóvenes cubanos? ¿Piensas irte también? ¿Qué pasará en un país sin juventud? Las respuestas son obvias: emigrar es su derecho, hay muchos que aspiran a hacerlo pero también otros que se quedan a conciencia. Aun así, molesta bastante que el protagonista hoy en día sea el emigrante y no quienes se quedan a construir el futuro de Cuba.

Los olvidados entonces somos los enraizados, los que quedamos aquí en este país cargado de contradicciones. Eso tiene que ver con otras actitudes, como aquella amiga de antaño que regresó el otro día y quería enseñarnos a utilizar Facebook porque “este país es un atraso”. O los que piensan que en Cuba quedan los que no tienen oportunidad de marcharse, reduciéndonos a una suerte de perdedores. Esos y otros mitos circulan todos los días, dando una visión simplificada de este país según la cual todos nos queremos marchar. Y no es así.

Conozco muchos jóvenes que les iría bien en otras tierras pero se quedan en Cuba porque los mueven fuerzas mayores. Muchos desconocidos que hacen bien anónimamente, muchísimos que trabajan cada día por un salario simbólico y son los héroes olvidados de este país. De esos no escribe casi nadie, es más fácil visibilizar a supuestos “ganadores” o preocuparse por el desangramiento migratorio y no por la solución para terminarlo.

¿Por qué se van los jóvenes? Muchas razones, entre ellas la ausencia de un paradigma del éxito que sí tuvieron nuestros padres y nosotros carecemos, que toca construir. Quizás la respuesta para esto sea precisamente visibilizar, ¿a quiénes? A los que se quedan.

Por otra parte, el éxodo del 2016 no es el mismo que la crisis de los balseros en 1994. Aquello fue una respuesta ante la escasez más cruda que hoy en día ya no es tan así. ¿Qué pasa entonces? Por alguna razón en los momentos más duros del Período Especial el consenso nacional soportó embates que hoy no podemos superar. ¿Por qué? Quizás porque el proyecto de nación estaba más claro en ese entonces, porque existía el liderazgo carismático de Fidel Castro como mecanismo de unidad o sencillamente porque creíamos que era posible un regreso a la estabilidad de los años 80.

El día que aceptamos que no había un regreso posible, desaparecieron los paradigmas y las certezas. Nuestra incapacidad de generar un consenso y enviar señales claras sobre el rumbo del país o sobre cuál es el plan gubernamental para nuestro futuro, provoca el desaliento y la mirada hacia alternativas foráneas. Parte de la emigración cubana es también responsabilidad nuestra entonces como proyecto de país incapaz de generar un mayor consenso.

En el extranjero tengo a todos mis amigos de la infancia menos uno, que quizás se marche pronto también. Allá están mis compañeros de aula, mis novias y si quisiera hacer una reunión de clase, sería más fácil hacerla en Miami que en mi ciudad natal. La empatía con el emigrado es inevitable porque con solo un par de giros en el destino cualquiera de nosotros pudo haber sido uno de ellos. Aun con su participación y apoyo, el futuro de esta isla tienen que decidirlo los que viven dentro. Irónico entonces que esos sean los grandes olvidados en esta historia, los que se quedan.

La ilustración es la portada de una historieta de Mella de 1962, publicada a las pocas semanas de que la banda de Julio Emilio Carretero asesinara al alfabetizador Manuel Ascunse Domenech. Nuestra generación tuvo ese destino. Nos destruían en combate. No la ineficacia administrativa de nuestros padres.

Ser o no ser sigue siendo la cuestión. ¿Tú entiendes eso, Silvio?

En el Nuevo Jerusalén



Por Álvaro Alba

Fidel Castro, inclusive si se arrepiente, tendrá que transitar por el infierno o el purgatorio, dicen los teólogos. Su hermano, el que gobierna ahora, evitaría ese periplo e iría al cielo tras su mediación en una disputa milenaria entre dos de las más importantes denominaciones cristianas, la Iglesia Católica y la Ortodoxa Rusa. Y tendrá Raúl Castro un abogado para esa causa en Cirilo (Kirill en ruso), Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Han sido dos años de reuniones secretas en Roma, La Habana, Moscú y Washington por razones similares, una mejoría de las relaciones. Francisco hacía de intermediario para resolver el diferendo entre Cuba y Estados Unidos y Raúl Castro enviaba notas y emisarios a Moscú y Roma, y en ocasiones, sirvió de mensajero para el Patriarca.

Tanto el Obispo de Roma como el Secretario General del Partido Comunista de Cuba lograron sus propósitos. Uno logró que Cuba y Estados Unidos restablecieran relaciones diplomáticas; y, el otro, que el Patriarca de Moscú y todas las Rusias, Cirilo, y el papa Francisco se encuentren en La Habana.

Jerusalén ha sido el lugar idóneo para los encuentros entre los jerarcas ortodoxos y el Santo Padre.

Pablo VI se reunió en 1964 con el Patriarca de Constantinopla Atenágoras I en Jerusalén (entonces bajo control jordano); después lo hizo con el Patriarca copto de Alejandría, Shenouda III. El papa Juan Pablo II se reunió también con Bartolomé I en 2004. Benedicto VI recibió después en la ciudad santa a Bartolomé y Francisco repitió la ceremonia en 2014.

En pocas ocasiones se han reunido en Roma o Estambul.

En mayo de 2015, cuando Raúl Castro viajó de Moscú a Roma y se reunió en 48 horas con Cirilo y Francisco, la cita ya era realidad; y La Habana, la ciudad perfecta. Como una nueva tierra beatífica para la cumbre eclesial.

En mayo de 2015, cuando Raúl Castro viajó de Moscú a Roma y se reunió en 48 horas con Cirilo y Francisco, la cita ya era realidad.

Cuba es el lugar ideal para el acercamiento, según los propios jerarcas de la iglesia rusa; quienes han sido reacios a un encuentro con la jerarquía de la Iglesia Católica.

La Habana tiene comunicación amplia, profunda y rápida con el Vaticano; Francisco les sirvió en el delicado asunto de las relaciones con Estados Unidos. Y también y es un aliado estratégico de Moscú. No hay paparazzis en Cuba que busquen fotos llamativas, y el Patriarca ruso no está acostumbrado a los embates de la prensa libre.

Fue de ayuda a la causa por la que abogaba Cuba (en nombre del Vaticano), el que Kirill visitara Cuba en dos ocasiones cuando todavía era el Metropolita de Smolensk y Kaliningrado. La primera visita fue en 2004, cuando colocó la primera piedra de la futura Catedral de Nuestra Señora de Kazán; y en 2008, para su consagración.

Cuando Kirill fue electo Santísimo Patriarca de Moscú y de toda Rusia en enero de 2009, Raúl Castro se encontraba de visita en Rusia y fue el primer gobernante extranjero que dialogó con el nuevo Patriarca y del que recibió felicitaciones personales por su entronización.

Los católicos en Rusia están esperanzados sobre un mejoramiento de su situación para profesar la fe y los rusos residentes en Cuba serán testigos de un hecho histórico.

Ya Raúl Castro tiene la Orden de la Iglesia Ortodoxa Rusa Príncipe Danilo de la Buena Fe de Primer Grado. A Fidel Castro le dieron la Orden "A la gloria y el honor", siendo la primera personalidad en recibirla. Pero con esta diligencia terciaria, el gobernante cubano recibirá sin dudas una dispensación papal/patriarcal para su viaje al cielo.

“¿Raúl Castro al lado de San Pedro?” es el título de Álvaro Alba. Los destaques en negrita son del original.

martes, 9 de febrero de 2016

El crimen está en la sopa

"Si él dijera que es buena... acá dirían que es mala y la prohibirían. ¡¿Por qué ese cretino de Fidel Castro no dice que la sopa es buena?!"


La elucubración de Mafalda en su episodio clásico contra el consumo de sopa, es lo primero que me viene a la mente mientras conozco las insistentes tiradas de Radio y TV Martí contra el funcionario de la cancillería cubana Gustavo Machín. Tiene lógica que la cojan con “Tavito” en un sitio que ha caído en manos de unos muchachones procedentes de la última hornada del viejo y gastado conflicto cubano americano. Para mí es evidente que quieren sepultar con innuendos y medias verdades —o algo así como los “factoides” que tanto desprecio causaban en Norman Mailer— la más rampante de las situaciones: que todos ellos son la misma cosa. El mismo personal. Intercambiables, si se quiere, entre unos y otros. Tavito y ellos. Todos vecinitos de las mismas cuadras del Nuevo Vedado, todos hijos de dirigentes y todos tranquilamente a la espera de que el maná del poder les cayera, no del cielo en este caso, sino de las manos de sus padres. Y aquí, desembarcados en estas playas tras los cantos de sirena de los acérrimos enemigos de sus progenitores, pero desesperados por abrirse un camino en la política (que ellos la asumen igual que en Cuba, donde política es poder de manera automática) y dado que la CIA se ha vuelto en exceso tacaña con los patriotas cubanos (no abre la billetera ni para una beca), esta parte de la tropa se ha ido colando en Radio y TV Martí. Tch tch. Grave error. No agarraron allá, ni van a agarrar aquí. Esa es su tragedia. Llegaron tarde a la Revolución, pero también a la contrarrevolución. Y es así que vienen a escanciar todos los chismecitos de lo que era su vida en el barrio. Los niñitos bien del comunismo cubano se adueñan de una emisora del gobierno americano para soltar sus cuitas. Es decir, pueden apostar que lo mismo podría hacer Tavito con ellos, de ser él quien estuviera aquí y los otros allá. Se me ocurre, en esa línea de comunicación, que el Gobierno americano ponga una emisora al servicio de las miles de mujeres despechadas por los miles de tarros que sus maridos cubanos les pegaron (¡como nos íbamos a enterar de cosas!). Y —¿por qué no?— otra para esposos cornudos, que en mi sexo también los hay —y al parecer en abundancia (menos información a trasmitir, desde luego, porque los varones somos más bien remisos a exponer tales trances del infortunio). Y qué tal una de homosexuales abandonados por sus consortes. Mariela Castro, la hija del gobernante Raúl Castro, y su oficina de defensa de los gay pueden colaborar en eso último. Sería un modelo de interacción entre instancias de los dos gobiernos y una forma realmente ocurrente de que La Habana comenzara a simpatizar con las malditas trasmisiones.

Regresemos a Tavito y a los chicos malos. Fueron a las mismas escuelas, los padres los abastecían de los mismos jeans (porque viajaban a las mismas capitales occidentales) y al final todos egresaron de la Vocacional Lenin o de las academias militares “Camilo Cienfuegos”—los Camilitos. Pero había uno realmente sufrido. Pobre Tavito. Vivía dándose cabezazos contra las paredes de una fatalidad, una inamovible: primero, hijo de un mártir de la Revolución (Gustavo Machín, participante de la aventura guerrillera del Che en Bolivia y ametrallado el 31 de agosto de 1967 en la emboscada de Vado del Yeso), luego hijastro de otro combatiente legendario (Raúl Díaz Argüelles, primer jefe de las tropas cubanas en Angola y caído el 11 de diciembre de 1975 al cruzar el rio Mabasse y accionar una mina antitanque con su blindado). Así lo conocí yo, en Panamá, cuando estaba al frente de los negocios de MC —la después célebre organización que dirigía el coronel Antonio de la Guardia “Tony” para los negocios furtivos de la Inteligencia cubana. Un puesto más que envidiable en esa época de la Revolución Cubana. Tony lo tenía instalado en un lujosísimo apartamento, el número 7B, del edificio Torre del Mar, en calle Heliodoro Patiño, Punta Paitilla, Ciudad Panamá, desde cuyo balcón contemplábamos, temprano en las mañanas o al atardecer, el saliente o el llenante del océano Pacífico en este recodo de la costa panameña, apoyados desde luego por algún tonificante vaso de scotch y donde Tavito se las pasaba con su lamento de que lo ayudara con mis relaciones a buscar alguna posición de combate, pero de verdadero enfrentamiento directo con el enemigo. La verdad es que siempre fue un muchacho sombrío y remoto. Quería servir a la Revolución pero no precisamente como un empresario bajo la égida de la majestuosa Dirección General de Inteligencia sino en alguna situación relacionada con el martirologio. (Algún tipo de emboscadas o de campos minados o hasta se conformaba con participar de chofer en un atentado.) Recuerdo la alegría de Tony cuando Tavito por fin se arriesgó a comprarse un Rolex submarino en la Zona Libre. Unos objetos que ya por esa época estaban caritos. Tony me decía: “Coño, menos mal que este muchacho se está despertando.”

Por ahí, en los recovecos de la Internet, anda la foto de un orondo Tavito como segundo jefe del departamento Estados Unidos de la cancillería cubana en animada plática con unos empresarios yanquis de visita en La Habana. Todos locos por hacer negocios o por lo menos llevarse parte del pastel. Y en este vistoso cargo, sin duda de valor estratégico dentro de las avanzadas cubanas en sus relaciones con Washington, Tavito está de alguna manera satisfaciendo su antiguo anhelo de enfrentarse directamente con el enemigo, aunque en una tesitura mucho más suave y sin que podamos eludir que ya no es el enemigo. Parecería un chiste de Gila —¿se acuerdan?—, el comediante español que hablaba por teléfono desde una trinchera con el enemigo para explicarle que se le habían acabado las balas y por eso disparaban supositorios. En fin, aunque sea como funcionario (lo más parecido que hay a un empresario) ahí tenemos a Tavito en un emplazamiento frontal con los yanquis. Y, aparte de las sonrisas de oreja a oreja de todos los presentes, lo que más se destaca en la imagen es el portentoso Roletón en la muñeca izquierda de nuestro amigo. Así le llamábamos, en confiancita, a los Rolex. Yo veo esa joya en su muñeca y, la verdad, hasta me emociono porque me acuerdo de Tony y la felicidad que le causó Tavito al desviar algunos fondos de MC para la adquisición. Claro, es algo de lo cual no debo ufanarme en exceso y mucho menos en público. Uno, para eludir hacerle el juego a la contrarrevolución de nuevo tipo anidada en Radio y TV Martí. La otra, porque esta clase de textos suele causar en el gobierno cubano lo que yo he dado en llamar el efecto Mafalda. Vean ustedes uno de los ejemplos recientes. Hace pocas semanas publiqué una nota sobre la ignominia que significaba nombrar al general Carlos Fernández Gondín como ministro del Interior de Cuba. Un tipo con un expediente por actos de cobardía en un frente de combate designado al frente de una de las instituciones más gloriosas con que contó la Revolución Cubana no es, de modo alguno, una decisión afortunada. ¿Y qué hicieron los compañeros de las Altas Esferas cuando publiqué mi texto el 27 de octubre? Pues conferirle a Fernández Gondín el título de Héroe de la República de Cuba, con foto de Raúl entregándole el diploma acreditativo y todo. ¿Qué rayos dirá ese pergamino? Me imagino algo así como

COJONUDO POR DECRETO

O mejor aún

COJONUDO DE A COJONES

Y hasta creo que estaban en la onda de levantarle una estatua ecuestre. ¿Tú no quieres caldo? Pues ahí tienes doscientas tazas, Norbertico. En fin, que ahora lo que yo debo evadir es desgraciarle la vida a Tavito. Bastante turbación tiene con no haber conocido la gloria. No vaya a ser cosa que le cambien el Rolex por uno de los Poljot mohosos que aún deben quedarles en las reservas del Alto Mando. O a lo mejor no, a lo mejor lo tocan igual que a Gondín con su título de Héroe a la Cañona, y le dan uno de los nuevos GMT que no bajan de 50 000 dólares. Con esta gente de la dirigencia cubana tú nunca sabes con qué se te van a apear. Y en cuanto al poder, no solo son los mejores en retenerlo: son incomparables en demostrarlo.